jueves, 29 de noviembre de 2007

El drama de no llegar a fin de mes

Una mentira peligrosa.

Juan Carlos firmó una hipoteca por mayor cuantía que la de la escritura de compraventa, que a su vez era muy inferior al precio pagado. Al dejar de pagar su cuota, además de quedarse sin casa, tendrá que pagar el 18% de la diferencia entre el precio de subasta y el que figura en la escritura más los gastos, en concepto de ganancia patrimonial. Y si se detecta fraude fiscal, se arriesga a una sanción importante. A dormir al raso, arropado por las deudas.

Lysa avaló a Amit con su propia vivienda. A cambio, él le avalaría a ella, pero a la hora de la verdad la caja de ahorros consideró que este pequeño comerciante tenía asumido demasiado riesgo y no se lo permitió. Lysa tiene que contar con él, pero no como esperaba: problemas de salud han impedido que Amit pague. Y ella, como avalista, a su hipoteca suma la de su compatriota y un procedimiento judicial abierto.

Hay quien se sabe todos los trucos. Éste parecía brillante y cuando algo brilla se oculta el riesgo. Les animaron en la propia agencia inmobiliaria a meterse en la compra con un contrato privado manipulado, con un precio muy superior al real para conseguir un préstamo y tasación que, además de pagar el inmueble, les permitiera comprar un coche de segunda mano y amueblar. Sólo hacía falta que le avalaran sus padres y dos de sus hermanos. Álex y Sara, con una economía más que modesta, se metieron en un piso de 180.000 euros. La hipoteca ascendía a 250.000. Ellos y quien les atendió en la entidad financiera debieron pensar que el precio de los pisos no baja nunca. Ahora no podrían venderlo por más de 150.000 euros. ¿Y el resto, de dónde lo sacarán? Son hijos de la alegría de la revalorización que parecía sin fin, entre los que no han calado las llamadas a la prudencia del Banco de España.

Para comprarse la vivienda protegida, el director de la sucursal de Vallecas, casi un vecino más, ha concedido una hipoteca por encima del precio básico a Paco. Escriturada por 120.000 euros, se hipotecó y pagó por 210.354 en lugar de, como el resto de los pisos, por el del módulo. Si se tiene que ejecutar responderá por el monto de la hipoteca y se evidenciará que vendedor y comprador han cometido fraude.

Son algunos platos rotos. Ejemplos de quienes participaron de la euforia del momento pasado sin respaldo. Aunque la morosidad española apenas supera el medio punto -la mitad que la media europea-, tal porcentaje habla de volumen y no de Juan Pablo ni de los demás a quienes poco les importa que las entidades financieras españolas presenten los ratios de eficiencia más altos de la UE y los niveles más elevados de provisión contra créditos dudosos. O que, frente a EE UU, donde el 50% de las hipotecas lo conceden entidades sin regularizar, aquí se cuente con el respaldo de tasadores que rinden cuentas ante el Banco de España.

De momento, a las oficinas de información de vivienda no llegan ejecuciones de hipotecas sino peticiones de ayuda para alquilar o vender la casa con urgencia. Son quienes pidieron hipotecas después de 2002. Algunos empezaron pagando 600 euros y ahora se enfrentan a una cuota de 1.000. Y a los bancos lo que llegan son propuestas de renegociación. Que sean pocas las que acaban en ejecución por impago no resta dramatismo a las situaciones descritas, resultado de una concatenación de hechos, actitudes y falsas creencias. Incluso a quien se hipotecó por el 70% del valor real, el impago de la hipoteca puede suponerle mucho más que quedarse sin casa.

El consejo para quien entrevea dificultades es que vaya urgentemente a renegociar a la entidad financiera, tan interesada como el deudor en solucionar el problema. "El banco intenta recuperar la deuda antes que iniciar un procedimiento judicial que puede acabar en subasta y prolongarse entre nueve meses y un año medio. Por eso tenderá a alargar el plazo o renegociar las condiciones", según una entidad. La abogada Victoria Plazuelo, de Núñez & Plazuelo, aconseja asesoramiento profesional, considerando que el banco sería parte interesada. "Las entidades no suelen explicar que al firmar una hipoteca se pacta que si hay impago, en lugar de pagar el Euríbor más un 5% TAE anual de media, se empieza a pagar automáticamente de un 24% a un 27% TAE anual y no sobre lo impagado sino sobre el montante total de la hipoteca".

Si se trata de la primera vez y es vivienda habitual se permite consignar las cantidades adeudadas más intereses de demora y se archiva el procedimiento (con costas). De lo contrario tendrá que sumar las costas del procedimiento judicial de ejecución de la hipoteca a los intereses y/o comisiones de demora y las cuotas adeudadas. En el caso de Madrid se estima que los costes de abogado y procurador para una hipoteca de 200.000 euros ascendería a 17.000 euros. Plazuelo, del Colegio de Abogados de Madrid, ciñéndose a las costas de abogado, indica que un procedimiento de 240.000 euros supone unos 22.000 euros más IVA en primera instancia, a lo que hay que sumar 11.000 si se recurre en apelación.

No incluye honorarios de procuradores o gastos registrales. A tener en cuenta que puede haber derecho a justicia gratuita, siempre y cuando se gane menos del doble del salario mínimo y dependiendo del patrimonio y de la liquidez que se tenga.

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