jueves, 29 de noviembre de 2007

las peripecias de una mamá repetidora

¡Eso quisiera saber yo! y sin embargo, se supone que hay unos cuantos truquillos para conseguirlo... a ver si entre todas conseguimos hacer una lista realmente útil de consejos, ¿qué os parece? De momento a mí se me ocurre agruparlos en tres grandes epígrafes:

1. organización
2. ahorro energético
3. rebajas y ofertas varias

Fundamental una buena organización de nuestras finanzas. Sea a través de una pequeña contabilidad doméstica, de una tabla en excel o de los clásicos cuaderno y bolígrafo, el objetivo es tener muy controlados nuestros gastos.

en la que iríamos apuntando mes a mes nuestros ingresos, gastos fijos, estimación de los variables y, por supuesto, los gastos que vayamos realizando y, sobre todo, fundamental, los de las tarjetas de crédito. No sea cosa que por despistarnos en eso se nos desbarate el presupuesto del mes siguiente. No sé qué pensaréis vosotras pero a mí me parece una forma sencilla y muy visual de saber cuánto nos hemos gastado, cuánto nos queda, si podemos o no permitirnos ese capricho...

Pero claro, ésto no nos ayuda a ahorrar, que al final es lo importante. Y sí, sé que todos estamos cansados de oirlo una y mil veces, hasta hay un programa en la cuatro que se empeña en recordárnoslo también, pero, reconozcámoslo, ¿cuántos de estos sencillos consejos seguimos realmente? yo unos pocos sólamente, es cierto. Y, sin embargo, también es verdad que, aunque ninguno sea milagroso, poco a poco se van ahorrando unos eurillos y, si los cumples todos, digo yo que al final del año se tiene que notar una diferencia, por no hablar del impacto medioambiental de nuestros excesos energéticos.

Algunos de los más conocidos: no dejarse el grifo abierto mientras te cepillas los dientes, apagar totalmente tele, DVD, etc. en vez de dejarlos en stand by (cosa que nunca me acuerdo de hacer, por cierto). Otro en el mismo estilo: no dejar enchufados los cargadores de baterías cuando no se están utilizando.

Algo que leí hace un tiempo y sí que procuro hacer. Aprovechar el agua que dejas correr mientras se calienta. Hay varias opciones pero yo lo que hago es poner la regadera y así, para cuando está llena, ya tengo agua caliente y la fría la aprovecho para las plantas, que de paso me están muy agradecidas de que por fin me acuerde de regarlas con regularidad.

Hay muchos más, ya sabéis: llenar bien el lavavajillas y la lavadora antes de ponerlos en marcha, ducharse y dejar el baño para las ocasiones especiales (cuando hay niños pequeños la cosa se complica, se gasta una barbaridad de agua con sus baños pero recordar que tampoco hace falta llenar mucho la bañera para ellos y tampoco es imprescindible bañarlos absolutamente todos los días), por supuesto no dejar correr el agua mientras nos enjabonamos o nos lavamos la cabeza. Y bueno, por estas tierras de mucho viento y poca lluvia (Zaragoza) no se estila mucho lo de la secadora pero para quienes sí la uséis, tampoco está de más reservarla para los días malos y, cuando se pueda, dejar secar la ropa al aire.

Naturalmente, prescindir del coche siempre que sea posible. Yo para el trabajo no tengo más remedio que llevarlo pero para moverme por la ciudad casi nunca lo uso. Lo mejor, sin duda, caminar, no se gasta nada y además es un ejercicio excelente.
Podría seguir así durante varias páginas pero creo que ya sabéis por dónde voy, ¿no? que todos conocemos estos consejos pero luego nunca hacemos caso de ellos y a lo mejor cada uno de ellos por separado no se nota mucho en nuestra economía pero yo creo que la suma de todos sí debería permitirnos ahorrar un poquillo.Y por supuesto el medio ambiente (y nuestros hijos, que tienen que disfrutarlo el día de mañana) nos lo agradecerá.

Y, por último, aunque no menos importante, el tema de rebajas y ofertas especiales. Cuidado, pueden ser fantásticas para nuestra economía pero utilizadas con cabeza. Si por ser época de rebajas nos volvemos locas y cargamos con bolsas y bolsas de ropa que jamás nos vamos a poner, no estamos ahorrando nada, estamos despilfarrando. Sin embargo, sí que es muy conveniente utilizar las épocas de rebajas para comprar lo que realmente necesitamos. Ahora mismo tenemos la quincena del bebé en Hipercor y Corte Inglés, justo en pleno cambio de armario, así que sí puede ser interesante aprovecharla para comprar, con un 15% de descuento, la ropa de otoño/invierno que nuestros peques vayan a necesitar.

No olvidemos tampoco que a veces los precios van con trampa. Miremos con objetividad. A veces ese supuesto descuento maravilloso lo que encubre es un precio original hábilmente elevado para la ocasión. Ojo también en el supermercado.

No nos vayamos directas al cartelón de superoferta. Hay que mirar también los otros precios y comparar. Muchas veces la gran oferta no es ni mucho menos el producto más económico. ¡No nos dejemos cegar por el marketing!

0 comentarios:

Design by Konnio